
Visitacion Marcela Morán Otero nace en el seno de una familia de fuertes convicciones cristianas de la localidad toledana de Méntrida el 30 de diciembre de 1893.
Nacida en el seno de una familia sencilla y cristiana, dedicará su vida a atender a su hermano menor sacerdote.
Su hermano Ángel recibió la orden sacerdotal en septiembre de 1923, a partir de ahí, lo acompañará en su destino en Quesada.
Compaginará el cuidado y la atención hacia su hermano con su vocación por paliar las necesidades de los más pobres. Solía visitarlos en sus casas para evaluar sus necesidades y atenderlas llegando incluso a andar los diez kilómetros que separaban Quesada del lugar donde comprar los medicamentos que precisaban algunas de estas familias. Esta actitud le lleva a granjearse el prestigio de las clases más humildes como una mujer caritativa.
Una vez comenzada la guerra, la zona de Cazorla permanecerá fiel a la República, lo que da lugar a una feroz persecución religiosa. El 22 de julio de 1936, un grupo de personas detienen al hermano de Visitacion y al coadjutor y dos días después se producirá un saqueo del templo por lo cual Visitacion tendrá que refugiarse en una posada de la localidad donde vivirá de la caridad hasta que el 3 de diciembre es finalmente detenida.
Ya en la cárcel será sometida a toda clase de torturas y vejaciones para hacerla blasfemar, pero ella se mantiene firme en su fe. Después de una semana presa, la madrugada del 10 de diciembre es trasladada al cementerio de Quesada donde será asesinada por uno de los milicianos y para culminar su fechoría arrastraran su cuerpo hasta una fosa común y a modo de burla le arrojaran encima el cuerpo de un varón también asesinado.
Sus restos descansan en la Iglesia parroquial de Méntrida (Toledo).
