
Manuel Basulto Jiménez nace en Adanero (Ávila) el 17 de mayo de 1869.
Procedente de una familia humilde, su padre era molinero, cursará sus estudios eclesiásticos en Ávila siendo ordenado presbítero el 15 de marzo 1892. Más tarde se licenciaría en Derecho por la Universidad de Valladolid.
En 19 de enero de 1909 seria nombrado obispo de Lugo y un año mas tarde, el 16 de enero de 1910 sería consagrado por el nuncio Antonio Cardenal Vico. En 1919 el papa Benedicto XV lo nombraría obispo de Jaén. En su escudo rezaba el lema: ¨ Quien a Dios tiene, nada le falta. ¨
Cuando estalla la guerra civil, el gobernador civil le brinda la oportunidad de huir a Ávila para salvar su vida, ofrecimiento que rehúsa en reiteradas ocasiones.
El 2 de agosto de 1936 un grupo de milicianos asaltan el Obispado con la excusa de buscar armas y lo que encuentran son algunos títulos del tesoro que estaban destinados a cubrir las necesidades del clero. Es trasladado a la Catedral, que hace de cárcel, junto con su hermana, su cuñado y el vicario general de la diócesis.
Debido a la situación en las cárceles jienenses, el director general de prisiones Pedro Villar, ordena un traslado de presos desde Jaén a Alcalá de Henares que tiene lugar los días 11 y 12 de agosto de 1936.
Fallecería el 12 de agosto de 1936 fusilado por los milicianos que asaltaron el tren que lo llevaba a Alcalá de Henares. Junto a él fallecería también su familia y el vicario. Sus restos se encuentran enterrados en el Sagrario de la Catedral de Jaén.