Henry Norman Bethune nace en Ontario, Canadá, el 4 abril de 1890.

Procedente de una familia de comerciantes, en el año 1907 se gradúa en el colegio y dos años más tarde se matricularía en la Universidad de Toronto donde comenzaría sus estudios de medicina. En 1911 los interrumpe para para incorporarse como maestro voluntario para impartir clases de inglés entre los mineros y madereros que habían emigrado al norte de la provincia de Ontario.

Al estallar la Primera Guerra Mundial vuelve a aparcar sus estudios para servir como camillero. Tras herido de metralla, pasa su recuperación en Reino Unido desde donde vuelve a Toronto para concluir sus estudios.

Con la guerra aun en curso, y después de concluir su formación como médico, se une a la Royal Navy como teniente cirujano.

Concluida la contienda, y después de su paso por algunos hospitales británicos se une al equipo del doctor William Edward Archibald, pionero en cirugía torácica. Llega incluso a inventar y modificar una docena de herramientas quirúrgicas.

Durante la Gran Depresión de principios de los años 30 ejercerá su labor entre las clases más desfavorecidas de la ciudad, enemistándose por ello con parte de la comunidad médica de Montreal.

Cuando estalla la Guerra Civil en España, acepta una invitación de la Comisión de Ayuda para la Democracia Española para encabezar la Unidad Médica de Canadá en Madrid.

Una de sus actuaciones más relevantes durante la Guerra Civil fue la ayuda que prestó durante la famosa ¨Desbandᨠmalagueña a los miles y miles de refugiados que huían de la ciudad huyendo de los combates y de las consecuencias de la toma de la ciudad. Durante tres días y tres noches, Norman Bethune y su ayudante trasladaron en su ambulancia, la cual fue vaciada de todo material médico, a miles de personas desde la carretera hasta Almería para ponerlas a salvo de los ataques del ejercito sublevado, sobre todo a ancianos y niños que por algún motivo u otro se veían abandonados en la carretera.

Posteriormente, después de abandonar España partirá hacia China donde moriría el 12 de noviembre de 1939.

En los albores del siglo XX se trasladó a Barcelona y posteriormente a El Tejar, donde fue nombrado director del diario La Publicidad, que se acabaría convirtiendo en sus órgano personal y del que mantuvo el control hasta 1906 cuando fue cesado fulminantemente por su abierto apoyo a los “hechos del ¡Cu-Cut!”. Ese mismo año fundaría en la misma ciudad el diario El Progreso​.

En su faceta política, Lerroux militaría desde su juventud en los partidos republicanos, siendo su principal mentor Manuel Ruiz Zorrilla —líder histórico del republicanismo—. En 1901 fue elegido diputado por primera vez, escaño que revalidó durante los comicios de 1903 y 1905. Hacia 1903 el movimiento conocido social y político conocido como lerrouxismo, por haberse creado en torno a su propia figura, había alcanzado en Barcelona su momento cumbre.​ Ese año, además, participó en la fundación de la Unión Republicana, entre cuyos miembros se había contado con el republicano «histórico» Nicolás Salmerón. Sin embargo, pronto acabaría distanciándose y en 1908 funda y lidera el Partido Republicano Radical (PRR), donde podría en práctica una retórica demagógica caracterizada por un discurso obrerista, anticlerical y diametralmente opuesto al incipiente nacionalismo catalán. Posteriormente,  adoptaría posiciones más moderadas, jugando un importante papel en la proclamación de la Segunda República.

Enfrentado a los gobiernos de Azaña durante el llamado bienio «reformista», a partir de septiembre de 1933 asumiría la presidencia del Consejo de Ministros y se convirtió en uno de los principales árbitros de la situación política durante el bienio «radical-cedista». Sin embargo, este giro hacia posiciones mucho más conservadoras, llevó a su partido a sufrir varias escisiones, a la par que un notable descrédito dañaría su figura como consecuencia de una serie de escándalos de corrupción que se hicieron públicos a finales de 1935.

Tras el hundimiento del Partido Radical en las elecciones de 1936, Lerroux desapareció del escenario político, asumiendo el descalabro político de la formación que vio reducida su representación parlamentaria a 5 escaños.

Conocedor por su múltiples contactos de que se estaba gestando un levantamiento militar, el 17 de julio de 1936 abandonó su finca segoviana de San Rafael, donde se encontraba pasando unos días de descanso, y marchó precipitadamente hacia Portugal, manteniéndose en el exilio durante el resto de la contienda. Durante este periodo, al igual que muchos antiguos «radicales», Lerroux mostró su apoyo el bando sublevado, enviando en el primer aniversario de la contienda, un mensaje de adhesión al general Franco.

Enfermo y octogenario, regresó a España en 1947, instalándose en Madrid, donde fallecería dos años más tarde.

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