La guerra ha terminado
El 1 de abril de 1939, se anunciaba el fin de la Guerra Civil española. Las tropas franquistas entraban en los últimos bastiones republicanos, entre ellos Jaén, desapareciendo así el frente que había mantenido en zozobra a muchas poblaciones del sur de Córdoba. La ansiada paz llegaba finalmente después de haber pagado un duro precio por ella. Comenzaba ahora lo que para muchos significó represión, exilio y muerte.
LA GUERRA HA TERMINADO
El fin de las acciones bélicas
El desarrollo de la contienda en Córdoba se resolvería a principios de 1939 con la batalla de Valsequillo, una de las últimas operaciones militares planificadas por el Gobierno de Madrid, en la que llegaron a participar más de 160.000 hombres de ambos bandos. El 5 de enero un primer y rápido ataque desde Badajoz comandado por el general Antonio Escobar consiguió abrir brecha en las líneas franquistas y penetrar hasta las cercanías de Fuente Obejuna. Sin embargo, una dura resistencia en la sierra Trapera y en el cerro Mano de Hierro detuvo el avance republicano el día 9, comenzando poco más tarde una gran contraofensiva que haría retroceder al ejército republicano a sus posiciones iniciales. Durante esta batalla se estima que murieron más de 8.000 personas (2.000 franquistas y 6.000 republicanos), quedando desde entonces muy debilitada la resistencia en el norte de la provincia.
El 5 de marzo, el coronel Segismundo Casado, jefe del Ejército del Centro, encabezó un golpe de estado al que se sumaron las fuerzas políticas de la zona republicana que consideraban ya la guerra totalmente perdida.
Se formó entonces un Consejo Nacional de Defensa que inició las conversaciones con el bando sublevado, siendo el 19 de marzo cuando Franco aceptó recibir en Burgos a los emisarios republicanos.
A pesar de que las condiciones de rendición no se planteaban demasiado exigentes; sin embargo, desde que Gran Bretaña y Francia reconocieran al gobierno franquista, y tras la aplastante victoria de la Ofensiva de Cataluña, la demanda de una capitulación incondicional era cada vez más patente. Por ello, apenas unos días más tarde del inicio de las conversaciones, los enviados de Franco reiteraron que sólo sería aceptada la rendición sin condiciones de las tropas republicanas, agregando que en un plazo de dos días la aviación de la República debería ser entregada y que el 27 de marzo se decretaría un alto al fuego en todos los frentes para que las tropas rebeldes avanzaran. Por su parte, las fuerzas republicanas sólo deberían rendirse y entregar sus armas.
El 25 de marzo, ante la demora en la entrega de las fuerzas aéreas de la República, el bando franquista dio por rotas las negociaciones y en la madrugada del día 27 de marzo sus tropas lanzaron la última ofensiva que habría de comenzar en el Frente Sur donde el Cuerpo de Ejército Marroquí, al mando del general Yagüe, y el Cuerpo de Ejército de Andalucía, bajo las órdenes del general Muñoz Castellanos), avanzaron hacia las localidades de Pozoblanco y Peñarroya, en la provincia de Córdoba, y hacia Ocaña, en la de Toledo. Con la mayoría de las posiciones ya abandonadas, los Ejércitos republicanos de Extremadura y de Andalucía deponían las armas y mientras los pueblos se llenaban de banderas blancas ante la inminente llegada de las tropas rebeldes, millares de prisioneros comenzaban a abarrotar los campos de concentración creados al efecto.
En la zona sur de Córdoba, el frente que se mantuvo activo en la franja limítrofe con los pueblos jiennenses quedaba completamente desactivado tras la ocupación el día 29 de las localidades de Andújar, Marmolejo, Bailén, Arjona y Martos. También caerían Linares y La Carolina, mientras que las tropas del general Borbón entraban en Jaén y la totalidad de la provincia quedaba ya bajo el control de los sublevados.
Cesadas las hostilidades en los últimos núcleos activos, la guerra en Córdoba había terminado.
EL EXILIO
La huida de los vencidos
El exilio republicano español se refiere el conjunto de ciudadanos españoles que, durante la Guerra Civil Española de 1936 a 1939 y la inmediata posguerra, se vieron forzados a abandonar su tierra natal y desplazarse a otros países, por motivos políticos e ideológicos, o por temor a las represalias por parte del bando vencedor y del régimen político autoritario instaurado en España, permaneciendo en el extranjero hasta que la evolución de las circunstancias internas del país les permitió regresar paulatinamente, aunque fueron muchos los que finalmente se integraron en las sociedades que les dieron refugio, contribuyendo en algunos destacados casos a su desarrollo.
Una gran parte de los primeros refugiados, hasta 440.000 en Francia según un informe oficial de marzo de 1939, tuvieron que afrontar inicialmente duras condiciones de vida, que se agravaron como resultado del estallido de la Segunda Guerra Mundial y aunque muchos de ellos lograron regresar en la década de 1940, el exilio republicano «permanente» quedó constituido por unas 220.000 personas de las cuales muchas eran excombatientes, políticos o funcionarios comprometidos directamente con la causa republicana pero entre las que había también miles de parientes y civiles, junto con un número significativo de niños, intelectuales, personalidades de la cultura y artistas, científicos y docentes, y personas de profesiones cualificadas, lo que supuso un condicionante más en el proceso de reconstrucción del país, a consecuencia del conflicto.
Los principales países de destino fueron, en particular, Francia, México y Argentina, pero también fueron amparados grupos importantes en otros países europeos y americanos como Chile, Colombia, Venezuela, Cuba, República Dominicana, la Unión Soviética, Estados Unidos y el Reino Unido.
En el transcurso de los años, la evolución política interna en España y el progresivo proceso de reconciliación, que culminaron con el periodo de la Transición Española y la instauración de la democracia, permitieron paulatinamente el regreso de los exiliados, pero también fueron muchos que por su grado de integración, decidieron permanecer en los países que les dieron refugio y donde se encontraron posteriormente con otros españoles llegados entonces como emigrantes por motivos económicos desde la década de 1950 o por un nuevo exilio, el de los perseguidos por la dictadura hasta 1975.