Juan José Bernete Aguayo, conocido más tarde como Capitán Chimeno, nació el 23 de noviembre de 1912 en la aldea de Silillos, perteneciente al municipio cordobés de Fuente Palmera.

Hijo de familia numerosa y humilde creció en un chozo en el cortijo de Bramadero, donde aprendería a montar a caballo y a tirar con la escopeta, demostrando en ambos casos grandes habilidades.

Persona de grandes inquietudes, tuvo una formación autodidacta que le llevó a rebelarse contra la situación de injusticia en la que creían tanto él como sus hermanos. Decidido, finalmente, a escapar de aquella existencia miserable, se lanzó al monte y junto a un compañero alcanzaron la sierra de Hornachuelos, no sin antes encontrarse en su periplo con dos terratenientes que acabarían denunciándolo y poniendo fin a ese juvenil sueño de libertad. Considerando la imposibilidad de permanecer oculto durante mucho tiempo y con miedo a que su familia sufriese represalias, acabó entregándose a la Guardia Civil, y tras ser juzgado en 1933, fue recluido, al ser menor de 21 años, en el reformatorio de Alcalá de Henares. A partir de los hechos de octubre de 1934, con la llegada masiva de presos anarquistas a las cárceles, José empieza a acercarse a la doctrina libertaria, con sus nuevos compañeros que, además de a escribir, le enseñarán la teoría política.

La llegada del Frente Popular al gobierno tras las elecciones de febrero de 1936, trajo consigo una amnistía que le liberó de su condena, regresando a la aldea de Silillos, donde compatibilizará su trabajo en el campo con sus labores sindicalistas en la CNT, defendiendo los derechos de los trabajadores del campo y haciéndolos conscientes de que unidos y organizados constituirían una fuerza poderosa.

El 18 de julio, el alzamiento militar le sorprende en la localidad sevillana de Marinaleda, volviendo de inmediato a su pueblo para organizar la resistencia y la famosa caballería del Chimeno, que conseguiría repeler los primeros ataques de la guarnición de Écija sobre Fuente Palmera. Con un grupo de seguidores cada vez más numeroso, logra reducir a los sublevados que se habían hecho fuertes en el Cuartel de la Guardia Civil, encarcelándolos, pero sin permitir que se ejerciera ningún tipo de violencia sobre ellos. Será en este momento cuando su área de acción se amplíe, intentando liberar plazas como Almodóvar del Río, Guadalcázar, Peñaflor y otras, con diferente suerte. Así se mantendrían hasta finales del mes de agosto cuando las fuerzas llegadas de Sevilla toman Fuente Palmera, teniendo que huir hacia la zona norte de la provincia que se encontraba bajo control republicano. 

Aunque la lucha de la caballería de Chimeno continuó por la zona de Cerro Muriano, pronto aunarían sus esfuerzos con los de otros grupos locales, incorporándose al ejército republicano, donde el 31 de diciembre de 1936 su líder es nombrado capitán de la 73 Brigada Mixta. Batallón Bautista Garcés.

Demostrando un gran arrojo en las acciones en las que participaba, el 18 de septiembre de 1937, acompañado de su comisario Francisco Atalaya, José Bernete «Chimeno», intentó tomar una posición en pleno frente de batalla, siendo abatidos por el fuego contrario a pesar de ir parapetados cada uno tras un tanque. Su Compañía atacó sufriendo varias bajas para poder recuperar el cuerpo sin vida de su capitán, que había muerto en combate, luchando en el cerro Mulva, de Fuenteovejuna, a la edad de 25 años.

Tuvo un entierro multitudinario en Villanueva de Córdoba, con la banda de música interpretando La Internacional y la presencia del general Pérez Salas que lo nombró comandante a título póstumo. Dejó una viuda y una hija que nacería tres meses más tarde.

La figura de este líder campesino fue inmortalizada en el poema “Capitán Ximeno”, que Pedro Garfias le dedica en su libro «Héroes del Sur», además de en los versos de su paisana, Francisca Adame Hens, con los que, a decir de la autora, le tributaba un sentido homenaje del pueblo.

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